Coeducación en el ámbito formal (Por Leti García, Noelia Álamo, John Roque y Judith Sánchez)

“ La coeducación es una practica educativa mediante la cual actitudes y valores tradicionales de hombres y mujeres se aceptan y pueden ser asumidos por las personas independientemente del sexo con el que hayan nacido. Busca el desarrollo completo de la personalidad sin la barrera del género, corrigiendo el sexismo cultural e ideológico y la desigualdad social de la mujer. No niega que hay valores que determinan lo masculino y lo femenino sino que trata de profundizar en ellos para tenerlos en cuenta, no para inculcarlos. Supone integrar el mundo y la experiencia de las mujeres. Supone educar para la crítica, la convivencia, el compromiso, la creatividad y la justicia. Es decir, educar para la paz”. Cruz Roja. 

La sociedad desde antes de nacer nos asigna un género en base a nuestro sexo biológico (genitales, cromosomas, etc), enseñando consigo como son y como se comportan las mujeres y los hombres en función de este, y aquí nos preguntamos, ¿si la sociedad basa su

compartamiento en sus genitales, como deberian de comportarse esas personas que no encajan en la normatividad? Estas etiquetas o estigmas sociales condicionan y determinan el desarrollo de las personas además de la búsqueda de su bienestar. 

Cuando hablamos del proceso de socialización, entendemos como la forma de transmisión de valores, modelos de conducta, principios, reglas sociales, creencias… Ahora bien, para ello contamos con diferentes agentes de socialización los cuales nos van introduciendo en los diferentes conceptos, en los que finalmente nos relacionaremos. 

La escuela junto a la familia son los primeros agentes socializadores, es decir, los que proporcionan el primer contacto del infante con la realidad, son de vital importancia a la hora de desarrollarse en el nicho social. Determinando el rol social que desempeñará en un futuro. 

Por lo que implementar una educación que no fomente y perpetúe los estereotipos y roles de género propios de una sociedad patriarcal promueve una sociedad desigualitaria y todo lo que ello contribuye. Y si a ello añadimos los numerosos estudios que han demostrado que el papel a desempeñar por la mujer es muy importante para el desarrollo social y estructural, la cual solo tiende a una proyección de mejora. 

En conclusión para conseguir una sociedad más justa y equitativa, es necesario implantar modelos educativos sanos para que las personas puedan vivir de manera respetuosa frente a las demás y donde puedan expresar sus emociones con total libertad, sin miedo a ser menospreciadas por las mismas o por sentir de una manera u otra. 

Para ello, existen una serie de leyes vigentes que pretenden fomentar la coeducación a nivel formal para que estas estén reguladas y permitan una intervención tanto del profesorado, como de las familias. Además, busca una evaluación continua en la que se vele por cumplir estos valores. 

La Ley Canaria de Igualdad (Ley 1/2010, de 26 de febrero, Canaria de Igualdad entre mujeres y hombres) recoge un apartado en el que muestra a lo que se aspira a nivel educativo y las siguientes directrices que conlleva la coeducación formal: 

- Hacer un buen uso del lenguaje inclusivo.

- Visibilizar y valorar el papel de la mujer en los libros de texto, creando una mirada crítica no solo en el alumnado sino que también en el profesorado. 

- Crear y concienciar sobre nuevas masculinidades. 

- Hacer hincapié en las habilidades sociales y cómo estas están condicionadas muchas veces por el género (ser capaces de una resolución pacífica de los conflictos, por ejemplo). 

- Promover una educación afectivo-sexual sana. 

- Fomentar una mirada crítica sobre lo que significa para la sociedad ser mujer y/o hombre, rompiendo estereotipos y roles de género. 

- Igualdad de oportunidades para todas las personas independientemente de su género. - Dotar de conocimientos que permitan desarrollar la corresponsabilidad. - Educar para que la violencia de género no se siga perpetuando.