La cosificación de las mujeres en el deporte (Por Elena Peet Roque)
A lo largo de nuestra historia como humanidad hemos diferenciado siempre el deporte, asignandolo a un sexo específico, como por ejemplo se ha asociado la natación sincronizada a la feminidad y el fútbol americano a la masculinidad. Por eso a día de hoy nos sigue costando romper con esas barreras impuestas por nuestras y nuestros ascendentes, intentamos dejar de ver el boxeo como una actividad para hombres, o cualquier estilo de baile como algo que solo pueden realizar las mujeres.
El voleibol no se ha quedado atrás al momento de clasificarlo, aunque no ha sido marcado tan drásticamente como el béisbol o el fútbol, dicho deporte socialmente ha sido considerado de los más diversos pero no completamente, ya que a sus profesionales femeninas no se les otorga el mismo mérito que a los profesionales masculinos.
Esto se ve reflejado claramente en la reciente polémica respecto a los uniformes de este deporte y las diferencias que hay entre una categoría y otra, por un lado el uniforme para los equipos de selección masculina consta de una camiseta, si es voleibol una camiseta de manga corta y en el caso del voleibol playa una sin mangas, junto a un pantalón corto levemente por encima de la rodilla; en el caso de la selección femenina el uniforme es únicamente un bikini, la parte superior puede variar de tamaño según el lugar donde se practique el deporte, aunque su largo nunca pasa del ombligo, pero la parte baja es la misma en todo momento. Respecto a este hecho encontramos diversas opiniones de las mujeres que practican dicho deporte, una parte está de a favor de este uniforme y la diferencia que hay respecto al uniforme masculino, y otra parte no está de acuerdo, como vimos el pasado 17 de julio del 2021 con la polémica del equipo femenino de balonmano playa en Noruega, equipo que fue multado con 1.500 euros por jugar con pantalón corto,
En noviembre del mismo año La Federación Internacional de Balonmano respondió a las acusaciones de sexismo y ha cambiado las reglas sobre los uniformes femeninos en las competiciones de balonmano playa. El bikini, el cual era obligatorio, ya no lo será a partir del 1 de enero de este mismo año. Las deportistas deberán llevar pantalones cortos y camisetas sin mangas. Eso sí, ceñidas al cuerpo. Aunque el equipo noruego celebró el cambio de normativa en sus redes sociales.
La similitud entre estos dos deportes es que el uniforme para sus practicantes femeninas es el mismo.
Una profesional en voleibol de Estados Unidos argumenta que el uniforme es el adecuado debido a las altas temperaturas en la que se encuentran mientras juegan cada partido, el problema es la cosificación de los cuerpos femeninos.
En Tokio también hay una preferencia por el uso de bikinis. Aunque por suerte, en España, desde 2014 las jugadoras pueden elegir qué tipo de uniforme quieren llevar siempre y cuando todo el equipo lleve el mismo.
El problema no es solo el uniforme en sí, cada persona es diferente y le resultará más o menos cómodo según qué tipo de vestimenta, el verdadero conflicto es el pensamiento social de no tomar en serio a las mujeres y las cosas que hacen, se continúa poniendo en duda que hacen y porqué, si juegan a un deporte porque les gusta, acaban dándole la vuelta a la tortilla y convierten en productos a personas, como siempre dirigidas al público masculino. Por ello debemos seguir trabajando y luchando, contra el patriarcado y el legado de sexismo en los deportes que ha dejado desde el inicio de su historia.
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