Hombres víctimas de la gordofobia (por Jonathan Xerach Roque Medina)
Hoy quiero hablar de la gordofobia, sí.
Porque la palabra gorda o gordo se ha convertido en otro motivo más de bullying para cualquier persona que tenga un cuerpo fuera de lo canonizado.
Si te digo la palabra gordo seguramente te viene a la mente un cuerpo en el que se muestra el resultado de una vida repleta de excesos alimentarios, sedentarismo, falta de amor propio, un cuerpo escaso de salud y próximo a un infarto, un cuerpo que ha sido mofado y cuestionado por la sociedad.
Pero para hablar de la gordofobia, primero debo hablar de los cánones de belleza establecidos por la humanidad desde que se tienen documentos al respecto.
Podría decir que la definición de cánon de belleza es “el modelo ideal de belleza”.
Vale pero, ¿cuál es la belleza perfecta? Si a lo largo de la historia ha ido cambiando la forma de mirar el mundo, ¿por qué no la de los cuerpos?
Gracias al feminismo se empezó a hablar de la gordofobia, puesto que las mujeres fueron las primeras en sacar a la luz todos los secretos que la norma hetero-patriarcal tenía escondidos.
Demostrando que los hombres no nos libramos del machismo y sus consecuencias, entre ellas la gordofobia, la represión de los sentimientos y las ganas de llorar.
Se sufre muchísimo y lo único que se recibe son críticas de la sociedad.
Siempre están las típicas personas que te dicen:
“Oye, cuando estabas más flaco me gustabas más.”
“A ti te gusta comer, ¿verdad?”
“Esa ropa te quedaría mejor con unos kilos menos.”
“¿Qué te pasó? Antes no estabas así”
¿Desde qué momento de la historia estar gordo fue considerado un sinónimo de enfermedad?
Porque todos los hombres que están o hemos estado gordos nos hemos sentido inútiles por atarnos las ligas de los tenis, al subir escaleras o al agacharnos a recoger algo.
Luego ir al gimnasio, dejarte la vida en una sentadilla, mirar a tu alrededor y ver puros atletas haciendo dominadas como si su cuerpo no pesara nada, y te comparas, te deprimes y no vuelves a ir al gimnasio, porque te tratan desde un principio como si no pudieras. Porque te miran por la calle como si fueras un desgraciado que sólo come bocadillos, donuts y bollería.
Debemos entender que no es tan sencillo adelgazar, porque peleas eternamente contra tu propio cuerpo y mente a la vez que te sientes como un despojo de ser humano.
No todos los hombres somos iguales, ni tenemos que ser delgados, musculosos y súper masculinos.
No debemos ir al gimnasio, ¡uno va si quiere!
Estar gordo no es antónimo de salud. Se puede ser saludable y estar gordo.
Mi cuerpo no tiene que cambiar para ser un canon válido, mi cuerpo es un canon de belleza.
Jonathan Xerach Roque Medina
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