El papel de la mujer en la educación (Artículo elaborado por Kendra, Atenery y Amy)


 

A lo largo de la historia, hemos podido comprobar la poca presencia de mujeres en las materias que se representan en la actualidad en los libros de texto. El simple hecho de que hayan sido borradas del mapa por sus homónimos masculinos nos dice que el patriarcado no está interesado en que las mujeres se conviertan en referentes para otras mujeres que puedan venir detrás o incluso, niñas que puedan tener algún interés en inscribirse en los estudios que sus precursoras cursaron. Lo más llamativo de todo, y esto sigue dándose a lo largo de la historia, es que las alumnas sacan de media mejores notas que sus compañeros y el absentismo escolar en mujeres es menor que en el caso de los hombres. Aunque, bien es cierto que las niñas presentan más dificultades a la hora de ser escolarizadas que los niños, y esto también es consecuencia de la educación heteropatriarcal, ya que los roles de cuidados y atención a las demás personas siempre recae en las espaldas de niñas y mujeres cohartándoles las posibilidades de llevar a cabo sus estudios. Actualmente, vemos mayor presencia de mujeres en el ámbito educativo que de hombres. Las ramas sociales presentan una feminización importante, lo que sigue perpetuando roles machistas y que intervienen en la segregación horizontal tanto como vertical. Siguen habiendo suelos pegajosos, suelos de los que las mujeres no pueden escapar gracias a la falta de escolarización o a la precariedad de los estudios cursados debido a las jornadas de trabajos no remunerados que deben llevar a cabo. También contamos con los techos de cristal, que no son más que la imposibilidad de las mujeres de acceder a puestos de mando y poder, lo que hace que muchas de ellas dejen de invertir tiempo en su vida profesional y académica para dedicarlo a la familia y demás responsabilidades femeninas, según se entiende. Con todo esto, la situación actual es alentadora en el sentido de que son más las mujeres que se atreven a cursar estudios superiores y sacan adelante sus carreras junto con sus responsabilidades familiares. Sin embargo, la sociedad, tal y como está estructurada sigue poniendo muchas trabas a las mujeres a la hora de entrar en según qué ámbitos y, la educación, es uno de ellos. El hecho de que las mujeres cuenten con dobles jornadas de trabajo (reproductivo y productivo), hace mucho más difícil su acceso a los estudios y, sobre todo, su mantenimiento en el tiempo hasta poder finalizarlos. En conclusión, en el sector de la educación, a fecha de 2022, las mujeres somos mayoría, pero la falta de referentes en otros ámbitos como el científico, por ejemplo, hace que los referentes femeninos sean precarios e, incluso en ocasiones, inexistentes por falta de conocimiento. Dar representatividad a las mujeres actualmente, incluirlas en nuestra historia reciente y darles el reconocimiento que se merecen, no por el hecho de ser mujeres sino por sus logros, sería conveniente para que las futuras generaciones de niñas vean un abanico de posibilidades abierto en lugar de quedarse sólo con la zona de confort a la que nos tienen relegadas.

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